16 de marzo de 2014

Amigos

Hay fines de semana que se hacen muy cortos y muy largos a la vez. Cortos, por la buena compañía. Largos, porque desconectas tanto de tu día a día que parece que hayas estado dos meses de vacaciones, en lugar de dos días. Cortos, porque necesitas la hora 32 (que no la 25). Largos porque has exprimido cada minuto de ellos al máximo.


Este ha sido uno de ellos. Desde el viernes por la tarde, alrededor de la mesa, charlando y comiendo de más. Con ganas de repetir antes de haber acabado. Rodeada de buenos amigos. De los buenos de verdad. De esos que no piden nada a cambio, de los que cuando nos juntamos parece que no ha pasado el tiempo y se arregla el mundo, se cambian opiniones, se ríe o se acaba en una grúa con el coche estropeado pero con la sonrisa y el lado bueno de una comida tardía con muchas cosas que contar y el tiempo reducido a la cuarta parte de lo previsto. De los que se enfundan un traje de época por hacerte feliz. De esos que tienes mucho o nada en común pero que se cruzaron en tu vida y son parte de tu corazón. De los que no importa lo que pase, dónde estés o qué hagas con tu historia. De los que se alegran por ti y no te juzgan. Y te cargan las pilas. Y comparten planes, sueños, miedos, fortalezas y debilidades. Y cada segundo se vive como si fuera único, porque no sabes cuándo volverás a compartir un cara a cara, una palabra, una sonrisa o una aventura.

Soy afortunada. Lo sé. Porque cerca o lejos los tengo conmigo. En una charla de teléfono que no acaba nunca y que cuesta muchas llamadas coordinar, en un rato el sábado por la mañana junto a una tostada, en un cine o en un wassap mal puesto con una foto que te hace sonreír. En una historia de la Historia, en unas bravas en ese bar al que no vas más que cuando quedas con ellos, en una manualidad compartida, en una sonrisa al ver una foto vieja o una carcajada al recordar esa historia surrealista cuando estabas en otro país.

Gracias por el fin de semana. Por el día a día. Por estar ahí. Presentes, lejanos, pero siempre conmigo. :)

2 comentarios:

  1. Eres muy afortunada Carmen,y los mios están lejos,pero se que estaán.. Un saludo :)

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    1. Gracias Helen, soy consciente :):) Seguro que los tuyos te echan de menos... Un beso!!! :):):)

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